En este lugar se registraron casos de arrestos entre el 11 de septiembre de 1973 y mayo de 1988, siendo el año 1973 con mayor cantidad de detenciones. Posteriormente, fueron pocas y aisladas.

Quienes declararon señalaron que, desde el mismo instante de la detención, fueron maltratados y golpeados, muchas veces en zonas apartadas antes de llegar al cuartel. Una vez en éste, permanecían en los calabozos, incomunicados, amarrados y vendados. Con frecuencia, eran sacados a correr vendados y mientras lo hacían eran golpeados.

Sin embargo, los detenidos permanecían poco tiempo en este recinto, ya que eran enviados a otros lugares, principalmente al Regimiento Arica de La Serena. Durante la década del 1980, algunos detenidos fueron llevados a recintos de la CNI en La Serena y Santiago.

Los prisioneros sufrieron malos tratos como golpizas, introducción de objetos por el ano y aplicación de electricidad. Durante los traslados eran amenazados con ser lanzados al mar e incitados a fugarse para así poder aplicarles la “ley de fuga”, donde se realizaban ejecuciones sin juicio previo o por supuestos enfrentamientos que los detenidos habían tenido con las fuerzas militares.